sábado, 16 de agosto de 2014

Travesía Bujerín del Alba - Cueva del Alba (vía Llopis)

Participantes: Carlos Heras, Carlos Aranda, Rubén y la que escribe, Pilar


Esta es una de las grandes travesías del pirineo que, al igual que la T1 - Santa Elena, llevábamos tiempo preparando. Carlos y yo ya habíamos ido a buscar la boca del Bujerín del Alba, no una, sino dos veces (la primera vez hace un par de años, por eso decidimos repetir la aproximación unas semanas antes para recordar el camino). Llegó el ansiado día, amanecimos con un poco de cansancio acumulado, la T1 y la ristra de barrancos realizados los días anteriores empezaban a dejar mella. Pero era la última actividad fuerte del verano y había que darlo todo. Desayunamos rápidamente y preparamos el material. En esta ocasión el neopreno no era necesario, aunque sabíamos que la travesía tenía muchos chorreos y barro por lo que íbamos a acabar calados así que llevábamos bastante ropa de abrigo (alguno no tanta y luego se arrepentiría de ello :P). 

Cogimos los coches y nos dirigimos a los baños de Benasque, la cueva del Alba se encuentra a unos 15 minutos de allí y el Bujerín del Alba a algo más de una hora. Comenzamos la ascensión hacia el Bujerín, algunos ya sabiendo lo que nos esperaba. El comienzo tiene bastante desnivel, incluso alguna trepadilla, y va en paralelo a una torrentera. Como la aproximación y la ruta que va al ibón del Alba comparten sendero, nos fuimos encontrando a bastante gente por el camino que preguntaban curiosos hacia donde íbamos con esas pintas. Tras cruzar la torrentera llegamos a una gran pradera, las vistas en ese punto son espectaculares. Avanzamos por la pradera y seguimos subiendo por una rampa de tierra a la derecha, la inclinación es menor que la inicial y en poco tiempo llegamos al Lago del Alba, de gran belleza igual que todos los ibones del pirineo.


A la izquierda del ibón, y 40 metros ladera arriba se encuentra el Bujerín del Alba. Después de una paradita para recuperar un poco el aliento y terminar de equiparnos, fuimos entrando uno a uno por el "bujerín" dando inicio a nuestra aventura del día.


No muy lejos de la boca nos encontramos con el primer pozo de 32 metros cuyas paredes blancas y lisas llaman la atención. 



Después de pasar un par de estrecheces, bajamos el pozo de 16 metros que nos sitúa en la porqueriza, un tramo de agua cristalina con fondo de arcillas blancas en el que te hundes por debajo de la rodilla. Se puede evitar haciendo oposiciones, pero después de haber pasado por "La Cloaca" de Valturón, un poco de barro hasta las rodillas ya no nos achanta, jeje.
A continuación nos encontramos con el pozo de 56 metros divido en dos tramos y que nos sitúa en el Rio Avall el cual lleva el agua sobrante del Lago del Alba. Avanzamos por el río que discurre entre grandes bloques, salvando cascadas por medio de los pozos de 17 y 10 metros y lo abandonaremos más adelante para tomar una galería que nos lleva a la Sala Maldita. 


Allí podemos elegir dos caminos, la vía clásica y la vía Llopis. Según la información que disponíamos, la vía Llopis es mucho más limpia y bonita, así que nos decantamos por esa opción. Por tanto, en la Sala Maldita no bajamos el pozo de 18 metros sino que la atravesamos completamente para cruzar por un agujero que nos lleva a otra galería. Continuando por la galería llegamos a una serie de pasamanos que nos llevan al pozo de 14 metros. Tras bajarlo avanzamos por la bella Galería de las Marmitas que desemboca en el pozo del Agujero Negro de 34 metros. 



El siguiente pozo de 15 metros nos sitúa en la espectacular Galería de los pisolites, de pozas cristalizas y bonitas formaciones. 




Más adelante evitamos un pozo y bajamos por el siguiente mediante un rápel guiado que nos deposita en la gran Sala Llopis. Continuamos bajando varios pozos y disfrutando de la grandes cascadas que el río forma a nuestro alrededor. Una serie de cortos resaltes nos llevan a la impresionante Sala Leonor, con el atronador ruido de la gran cascada que alberga en su interior. En este punto la vía Llopis y la clásica se unen y una serie de resaltes nos llevarán a la cueva del Alba, de aquí a la boca de salida nos quedarían alrededor dos horas de galerías, estrecheces, lagos, pasamanos, pozos y resaltes. 



Y así en un total de 8 horas vislumbramos la luz del sol por el pequeño agujero que desemboca en la boca del Alba. 


Una travesía sin duda disfrutona y bonita, con algún paso técnico, con mucha agua y algo de barro en todo su recorrido. Sólo 20 minutos nos separaban del coche y de la celebración por haber disfrutado de un día redondo.