domingo, 29 de marzo de 2015

Travesía Torca Juñoso - Torca Ancha

Participantes: Carlos Heras, Carlos Aranda y la que escribe, Pilar


Una parada obligatoria cuando visitas Cantabria es la conocida Cueva del Soplao por su espectacular belleza. Sin embargo, la mayor parte de la gente que la visita desconoce que la entrada natural al sistema no es dicha cueva (que se trata de una mina) sino dos torcas llamadas Torca Ancha y Torca Juñoso situadas en la parte superior de la montaña donde se encuentra la cueva, y que además tienen un gran interés para los que practicamos la espeleología como deporte pues es posible realizar una travesía conectando las dos bocas.

Después de haber conseguido los permisos necesarios para visitar esta cavidad, nos dirigimos a Cantabria para emplear toda la Semana Santa y el fin de semana anterior a hacer lo que más nos llena, la espeleo. Estábamos alojados en Ramales de la Victoria, así que madrugamos bastante para llegar pronto al municipio de Cabiña, donde se encuentra el sistema de la Cueva del Soplao. Después de un pequeño lío en busca de los pasos Canadienses que aparecían en la descripción de cómo llegar a las Torcas, dimos con la carretera correcta que nos llevó directamente a las mismas, dejando el coche al lado de una antenas.


Nos cambiamos rápidamente y fuimos en busca de Torca Ancha para dejarla preinstalada. Continuamos el camino que habíamos seguido para llegar allí y que después de los repetidores se convierte en una cuesta descendiente muy empinada no apta para vehículos. Seguimos durante 1 km el camino hasta encontrar lo que entendimos por un tejo (el único árbol distinto a los demás, ya que ninguno de nosotros entendemos mucho de botánica) y en ese punto giramos a la derecha entrando en el frondoso bosque. Unos metros más adelante se encuentra la amplia boca de Torca Ancha. 


Rápidamente, Carlos se dispuso a instalar el primer e impresionante pozo a cielo abierto, utilizando un gran árbol para la instalación. Una vez descendido, recorrimos la base hasta la parte más baja donde nos introdujimos en un agujero que conduce al siguiente pozo de 22m, el cual hay que instalar también.

Asegurada la salida por Torca Ancha, nos dirigimos a Torca Juñoso, continuando el mismo camino durante unos 300 metros y encontrándola a la izquierda del mismo. Esta vez fui yo quien instaló la entrada, una sucesión de pozos que te sitúan en la galería principal de la torca. 


Una vez todos abajo, giramos a la izquierda en busca del camino hacia Torca Ancha. Más adelante instalamos un resalte de 10 metros para continuar el camino atravesando coladas y esquivando grandes estalagmitas. 



Espectaculares salas plagadas de formaciones por doquier, 



y techos que te dejan boquiabiertos. 


En una de las galerías se pueden observar enormes pisolitas y hasta un esqueleto de un perro que dicen debió caer por otra boca hoy ya cerrada.



Poco más adelante nos encontramos con el pozo de 43 metros, amplio y con algo de goteo. En su base cogimos el ramal de la derecha que nos lleva a la Sala de la Unión. 
















Tras un continuo sube y baja entre grandes bloques, alcanzamos la Galería del Alud donde debemos encontrar el Paso del Minino. Superado éste, llegamos a la inconfundible Galería del Tobogán por su inclinada rampa de barro que bajamos con cuidado para no terminar haciendo la croqueta. Más adelante se encuentra la Sala de la Vagoneta, donde quedan los restos de los raíles y de una vieja vagoneta ya oxidada de una antigua mina. 


Poco después alcanzamos la Galería de la Cabra y finalmente las cuerdas de salida de Torca Ancha. Uno a uno fuimos saliendo, disfrutando de las vistas de este amplio pozo de salida de la torca.



Sólo nos quedaba recuperar las cuerdas instaladas en fijo de Torca Juñoso, para lo cual tuvimos que entrar bastante en la cavidad, y la vuelta al coche, recordando la espectacular travesía realizada que pertenece a un impresionante sistema que nos da una idea de la belleza interior que esconde Cantabria.