sábado, 29 de agosto de 2015

Hayal de la Ponata - SI-44

Participantes: Carlos Heras y la que escribe, Pilar Carrasco


Hacía un par de años que habíamos buscado la boca SI-44, una de las entradas al gran sistema del Hayal de la Ponata, una pequeña trampilla cubierta de hojas en el suelo de un impresionante hayal, parecía sacado de un cuento de hadas. Por fin, habíamos encontrado fecha para ir a visitar el sistema. Lo más complicado, encontrar un acceso directo en coche para no tener que portear el material desde Llorengoz, que es desde donde partimos la última vez. Después de un par de horas recorriendo los pueblos de alrededor dimos con la pista que conduce hasta la misma boca. 

Una vez allí, cogimos la poquísima información que teníamos de este sistema junto con el material que pensábamos que necesitaríamos y sin más demora, abrimos la trampilla y comenzamos a instalar. La corriente de aire que salía del interior removía las hojas de alrededor de la trampilla como un torbellino. Lo que había allí dentro debía ser muy grande.


La sima SI-44 la forman una sucesión de pequeños pozos, cuyas paredes tienen una característica forma, 


unidos por pequeños tramos de meandro. 


Una vez acabada la vertical, continuamos por galerías meandriformes que van cambiando sus dimensiones, las paredes se ensanchan y se estrechan y los techos ganan en altura.



Pasada la primera maraña de la topografía nos encontramos con un largo meandro rectilíneo, que se hace algo pesado de recorrer, con salientes en ambas paredes que se asemejan a una milhoja. 


En algunas ocasiones las paredes se estrechan tanto que es necesario avanzar en oposición por su parte superior.



Pasado este meandro vuelven a aparecer las grandes galerías, 


continuamos por ellas hasta llegar al río. 


Habían pasado 8 horas ya desde que levantamos la trampilla de entrada, así que ya era la hora de darnos la vuelta llevándonos un buen sabor de boca de este gran sistema desconocido para muchos y que sin duda volveremos a visitar.



domingo, 16 de agosto de 2015

Sima del Cacao

Participantes: Carlos Heras, Carlos Aranda, Pilar, Gabri y el que escribe, Rubén. 



Esta sima es otro de los clásicos de Villaluenga. Día de madrugón, pues debíamos acabar pronto ya que nos esperaba el viaje de vuelta, ¡qué pereza! Para ésta sima, según la topografía, se necesita poco material, pero tras lo vivido en el republicano decidimos meter más material de la cuenta.
Partimos del albergue andando, llegamos a la plaza de toros de la localidad y justo enfrente de la puerta de enfermería un sendero señalizado con hitos nos lleva a la boca del cacao. Aconsejamos realizar el ascenso pronto porque aunque es corto (35 minutos) es empinado y el sol pica…
Una vez cambiados, ¡manos a la obra! El pozo de entrada es de 80 metros pero sólo hay que descenderlo hasta los 45 metros. A los pocos metros de la cabecera de entrada hay un desviador mediante el cual podríamos realizar el pozo hasta -45 metros sin roces. 


Sin embargo optamos por realizar fraccionamientos en los químicos que nos encontramos para agilizar la salida.



A -45 metros aparece una galería que nos lleva a la sala Geix y para acceder a la misma hay que realizar un gran péndulo. Esta galería es una gran rampa, que según lo leído no necesita de instalación, pero optamos por instalarla con la cuerda sobrante de 120 metros que habíamos utilizado para el pozo de entrada. Así nos evitábamos sustos.

Tras finalizar esta rampa, aparece otra que también necesita instalación. En este punto empiezan a aparecer bonitas formaciones, 



sobre todo grandes estalagmitas. 


Seguimos bajando, superando resaltes con cuerda (menos mal que metimos de más) y disfrutando de las enormes dimensiones que cobran las formaciones...




...hasta llegar a una descomunal estalagmita que pone fin a esta gran sima.



sábado, 15 de agosto de 2015

Sima del Republicano

Participantes: Carlos Heras, Carlos Aranda, Pilar, Gabri y el que escribe, Rubén. 


En la salida correspondiente al curso realizado este año comentamos la posibilidad de realizar varias simas localizadas en Villaluenga del Rosario. Hasta hace un tiempo era casi imposible, por no decir imposible, realizar estas simas de una forma legal dado que la consejería de Cádiz no concedía ningún permiso, así que me puse manos a la obra y empecé a solicitarlos. En nuestro caso no tuvimos ningún problema a la hora de la tramitación, al principio trae a confusión el cómo solicitarlos y los papeles que debes enviar dado que en la F.A.E pide cosas diferentes a la administración. Una vez tuvimos los permisos en nuestro poder empezamos a organizar el viaje.

Comenzaba otro finde de aventura con un gran grupo, el sábado nos levantamos con sueño dado que la paliza para llegar a Villaluenga es algo considerable y como es de costumbre solemos madrugar para realizar las actividades, algo que no debe de ser muy normal por Andalucía dado que en varias ocasiones nos comentan que salimos muy pronto para realizar las simas.

Una vez desayunados y preparado el material, partimos hacia El Republicano. Para ello salimos del pueblo dirección hacia Grazalema, con el fin de coger el camino hormigonado que sale justo en el parking de la zona deportiva del pueblo (campo de futbol, pistas de pádel….) dónde un cartel indica Llanos del Republicano. Seguimos por este camino hasta un parking a la derecha donde dejaremos los coches. Tras el parking seguimos las indicaciones hacia los Llanos del republicano, tendremos que pasar varias puertas, encontraremos tramos de camino hormigonado y camino de tierra.

La última puerta que encontraremos en dicho camino dispone de una zona de parking grande, podemos divisar un cartel fotográfico que nos indica dónde se sitúa la sima del republicano, no tiene pérdida. Seguimos el cauce del río seco que discurre por las parameras hasta que el mismo se introduce bajo un gran caos de bloques, allí es donde se encuentra la sima.
Hay que tener cuidado en el acceso al Republicano pues para ello debemos pasar por encima de la Sima del Cavito (se ve muy bien la boca dado que tiene montado un pasamanos con cadenas).

Es el momento de ponernos el equipo, la boca de entrada es espectacular, 


un gran porche saliente cubre el primer pozo de 13 metros que nos dejará en una sala de dimensiones considerables.


Tras cruzar la sala, encontraremos un pequeño resalte de unos 4 metros aproximadamente el cual se realiza mediante una cadena instalada en fijo. Tras este resalte deberíamos encontrarnos (según varias descripciones y topografías) una tirolina de 10 metros para así evitar la primera marmita o Lago, pero no es así, no nos encontramos nada por lo que empezamos a usar cuerdas que llevamos de repuesto para estas situaciones. El lago se cruza gracias a un puente tibetano (lo que para Carlos y para mi es un atracción, un video lo corrobora).


Pasado el primer lago recorremos una ancha galería realizando algún que otro pequeño resalte, dicha galería nos va lleva a la sala 55. Para acceder a esta zona nosotros optamos por entrar por el ventanuco que hay entre unos bloques (es la única zona estrecha de la cueva que nos encontramos), ese ventanuco conecta con un pozo de 6 y 12 metros.





Seguido a la Sala 55 (Vía ERE) nos encontraremos una rampa de aproximadamente 30 metros la cual es una sucesión de marmitas enlazadas la que acaba en un pozo de 19 y acto seguido uno de 15 metros.



Nos encontramos en la Galería 110, se caracteriza por estar inundada en toda su longitud, nos toca mojarnos un poco los pies para cruzar al otro lado, hay muchas clavijas donde haremos equilibrios.


Tras el pozo de 20 metros llegamos al Lago del Ámbar el cual lo cruzaremos también por un puente tibetano, continuaremos andando por la galería hasta llegar a la Galería inundada del Ámbar...


...donde encontramos un pasamanos instalado en fijo de aproximadamente 50 metros (en las topos viene como 2 tirolinas de 16 y 6 m), en el descenso el pasamanos hacia el pozo optamos por instalarlo con nuestras cuerdas dado que la cuerda no estaba en muy buen estado, a éste pasamanos le llaman el de las Pozas putas.

Ya solo nos quedan los pozos de 6,8 y 28 metros para llegar al sifón terminal, pero debido a que la instalación no coincidía en nada con las descripciones que llevábamos y a la falta de varias de las tirolinas, nos quedamos sin cuerdas para realizar dichos pozos.
Así que pusimos rumbo a la calle para seguir disfrutando del día en el albergue de Villaluenga del Rosario.