Participantes: Carlos Heras, Pilar, Gabry y el que escribe, Carlos Aranda
Hacía ya bastante tiempo que teníamos esta
travesía en mente y por fin llegó el momento de atacarla. Aunque la travesía en
sí es sencilla, tiene el inconveniente de que no se puede realizar en doble y
lo ideal es hacerla dos grupos, de forma que cada uno entre por una boca
instalando y salga por la opuesta desmontando. Pero nosotros, al ser sólo 4,
decidimos ir juntos y entrar primero a instalar Imunía, salir por el mismo
sitio e ir luego a Morteros para realizarla por lo que llevaríamos muchísimo material.
Así que sobre las 11.00 comenzamos a bajar la
rampa de acceso,
siguiendo el arroyo que se cuela desde la boca hasta que, casi
en la base a mano derecha, un pequeño paso nos saca de la rampa y nos lleva
hacía el pozo de 11 m.
Tras éste se suceden varios más hasta llegar a la rampa
de 25m instalada con parabolts (sin
chapa ni tuerca),
y que una vez bajada y a unos 50 metros, aparece el pozo de
10 m que nos deja en la conexión con morteros.
Desandamos el camino, quedando
ya esta entrada instalada y sobre las 14.00 estábamos ya en la boca de
morteros, comiendo algo y reponiendo fuerzas para comenzar la travesía. De
pronto, divisamos a la altura de donde habíamos dejado los coches, tres
personas que se dirigían hacia Imunía ataviados con material de espeleo. Les hicimos
señales para que se acercaran donde estábamos nosotros, y cuando llegaron nos
dijeron que iban a instalar Morteros, pues su idea era hacer la travesía el día
siguiente con unos compañeros suyos que entrarían por Imunía. Así que, como
nosotros estábamos ya listos para entrar, decidimos bajar por Morteros con sus
cuerdas y ellos nos acompañarían para salir por la otra boca, de esta forma se
quedaba instalada la torca de Morteros y ellos reconocían la travesía para el
día siguiente. Por nuestra parte, nos ahorrábamos tener que volver a la torca
para desinstalar una vez hubiéramos salido por Imunía.
Carlos comenzó a instalar el pozo de entrada
de 25m...
...y el resto le seguimos, queríamos tomar ventaja al otro grupo para poder
acercarnos a echar un vistazo al pozo Amable (233 m. de verticalidad absoluta),
que está relativamente cerca de la boca. El pozo nos dejó sobrecogidos y a la
vez con ganas de descenderlo, aunque no era el momento ¿quizás en verano ;-)?.
Regresamos a la galería principal,
nos
reunimos con el resto y bajamos un pozo de 4 m seguido de otro de 8 m, que se
podría destrepar para llegar a otro de 9 m.
Pasado éste, nos encontramos una
ventana a la derecha desde donde se podía admirar el pozo de 120 m, que
habíamos dejado a un lado por un pasamanos cuando nos habíamos acercado al
Amable. No bajamos por ahí, sino un poco más adelante a la derecha y después de
una rampa de 6 m y una trepada llegamos al pozo de 23 m.
Ya solo nos quedaba
bajar otro pequeño pocete para llegar a la sala de conexión y arrastrarnos un
poco por un laminador bastante cómodo, pues la base es de arena fina, para
encontrarnos con la cuerda que Carlos había puesto unas horas antes. Rápidamente
comenzamos a subir Gabry y yo, pues teníamos que acercarnos a la boca de
Morteros a recoger las sacas que no habíamos usado mientras Pilar y Carlos iban
desinstalando Imunía. Sobre las 21,00 estábamos todos fuera y bajamos
tranquilamente a los coches, mientras charlábamos con estos chicos con los que
habíamos compartido travesía durante el día.